Hace casi dos años, caminando sobre glaciares en los días sin fin de Spitsbergen, comentamos entre risas que, después de tanto frío con osos polares incluidos, en la próxima expedición tocaba hacer geología en traje de baño.
Como a veces de las bromas surgen las mejores ideas, se nos ocurrió que por qué no ir a estudiar volcanes en el Pacífico, y por qué no Hawái, un inmejorable ejemplo de vulcanismo en islas oceánicas.
Y lo que entonces no era más que una idea, un proyecto que no sabíamos si cuajaría, hoy es ya una realidad. Como quien dice, estamos ya camino del punto en mitad del mar más alejado de cualquier tierra continental.
Ha costado más de año y medio de trabajo el poderlo materializar y aún quedan varios meses de ir puliendo detalles y elaborando materiales, pero el esfuerzo creemos que va a merecer la pena. Nos dirigimos a un punto caliente donde la Tierra sigue mostrándonos su fuerza, donde el Kilauea ha despertado derramando de nuevo coladas de lava y donde el volcán submarino Loihi hace entrar el agua salada en ebullición queriendo hacer brotar una nueva isla.
Y entre los paisajes vivos, nos encontraremos una pléyade de ecosistemas y microclimas origen de una gran biodiversidad, y las manifestaciones de una cultura, la polinésica, que se desparrama por todo el sur del gran océano.
Y no es cosa de película: al llegar te reciben con el Flower Lei Greeting... Así que nos adelantamos con nuestra guirnalda para daros la bienvenida al blog "Hawái 2015 AEPECT".
